Del sueño a la Realidad...

Sueño que me despierto, veo las nubes detrás de los árboles, me levanto y atentamente observo el rostro reflejado en el espejo... preguntándome quién es la que está durmiendo.

martes, 14 de enero de 2014

De la soledad y el vacío.





De repente algo (da igual el que) hace que nos demos cuenta de que todos estamos solos y vacíos.

Noooooooooooooooooooooo! (gritamos horrorizados)

Podemos pararnos, si, nos paramos, respiramos hondo y...nos decimos a nosotros mismos con aire resignado.

- Vale     Y en realidad estamos pensando:  (vaya mierda) 

Y discernimos  (que es lo que más solemos hacer)... Así que esto es la verdad?

ESTAMOS SOLOS Y VACÍOS

Entonces...  (Volvemos a discernir)  Ahora qué?

Respiramos hondo y nos decimos para nosotros mismos. (falso, todo lo que nos decimos o oímos es falso)

No necesitamos nada.
Si estamos así solos y vacuos, entonces podemos llenarnos de todo lo que nos de la gana. (Falso conformismo positivo)

Empezamos a hacernos una ligera idea... (solo figurada)

y como nadie interfiere, por casualidad, entre tanto pensamiento podemos llegar a darnos cuenta (ojalá que sea más pronto que tarde)  -

nosotros decidimos, y decidimos llenarnos de las cosas que nos llenan de verdad (no de rellenos).

Biiiiiiien!  O yeeeahh! la cosa empieza a parecer algo... Aunque no tenemos ni idea en realidad... como hemos decidido llenarnos, nos quedamos quietos y en silencio ocurre que lo obvio se hace presente y entonces descubrimos la verdad.

Descubrimos que nada es nuestro, que nada tenemos, que nada nos pertenece, que no hay nada de nada... y la nada... nos hace libres. Nos hace poderosos. Nos hace felices.

Y empezamos a ser más tolerantes con nosotros mismos y así vamos descubriendo que la cosa del vacío y de la soledad no está tan mal, y... en ese paraíso perdido decidimos gritar lo más alto que podemos.

AAAAAAAaaaaaAAAAAAhhhhhhhhhhhh,  Gritamos para soltar, y soltando nos damos permiso para más... así que volvemos a gritar y ... luego lloramos, más tarde pataleamos, hacemos todo lo que se nos ocurra, pero...

Siempre acabamos por darnos cuenta de que eso tampoco sirve de nada, porque nadie nos escucha, nadie nos ve, a nadie le importa.

Nada importa. Solo hay vacío. Nada más. La soledad obra consciencia y en el vacío silencios sólo somos pura consciencia. Nada menos y nada más.

Es entonces cuando nos permitimos quedarnos parados, como no?  Estamos anonadados, sin habla, no podemos dar crédito, porque no hay crédito donde no hay nada.

Así que nos quedamos quietos ahí... hasta que tarde o temprano, algo, algo... lo que sea, nos inspira, nos penetra y esa energía indefinible nos da la fuerza para movernos,

Entonces, en ese instante cobramos la absoluta certeza de que sea lo que sea que hagamos es real, es presencia, es presente. 

Entonces vemos que por poquito que logremos avanzar, la realidad avanza con nosotros y al respirar notamos lo bien que sienta caminar tan ligero de equipaje y vemos que bien se vive sin nada en los bolsillos.

Caminando en el fluir de la vida, poco a poco el ruido se detiene. A veces nos dormimos, somos humanos,... y soñamos que hay más... pero los llamados a despertar tarde o temprano volvemos a abrirnos a la vida libres y  ponemos la intención ser auténticos y de llevarlo a cabo cada día, ponerlo en práctica, sabemos que compartirlo es concienciar y concienciarse en todas las personas del verbo, quizás lo hacemos por recordar o simplemente por que nos sienta bien.

No  importa, que más da, si al final estamos siempre solos y vacíos y hablando en primera persona del plural.

Si estás leyendo y te sientes uno de los nuestros, COMPARTE. 

........................................................................................................................


Gracias