Del sueño a la Realidad...

Sueño que me despierto, veo las nubes detrás de los árboles, me levanto y atentamente observo el rostro reflejado en el espejo... preguntándome quién es la que está durmiendo.

jueves, 21 de junio de 2012

DE SONRISAS Y LÁGRIMAS



He cambiado mucho, he sido y posiblemente aún siga siendo, inmensamente profunda. Mi mirada no alcanzaba a ver más allá de la oscura ceguera del que no sabe que busca. Sin embargo el tiempo pasa y en su estela todo cambia. 

Ayer mi hija cumplía ocho años, el día ha sido un concentrado de emoción y nervios, sin duda preparar una fiesta bikinera para un montón de niñas acaloradas resulta entre divertido y complicado, pero las risas, las caras y las carcajadas han pagado con creces el esfuerzo. Creo que ahora me gusta esforzarme por las cosas del día y hacer de un día especial un acontecimiento imborrable. 

Mientras lo vivía una presencia mucho mayor que yo misma me presentaba un escenario superior, me reconocía en todos y cada uno de los seres que estaban a mi alrededor, mi hermano con su oronda satisfacción, ella sentada al borde esperando el momento de levantarse de la mesa de los cotilleos para encontrarse un gesto cómplice en un guiño, la embarazada que sueña ilusionada con su bebé y desconoce aún la letra pequeña, él que a pesar de estar desbordado por las circunstancias se pone el bañador y busca la manera de encontrar el ahora y abortar todos los miedos que le secuestran tan a menudo. La que tiembla al teléfono a cientos de kilómetros porque ha perdido la fe en su marido y llora presa de todos sus miedos. El que al otro lado del teléfono cruza la desesperación dando saltos entre errores para caer en el abismo del fracaso. Ella que con su cabeza rapada sube a duras penas los escalones de la casa con una sonrisa maravillosa en los labios y me da las gracias por la vida, por que ella sabe el valor del tiempo. 

He cambiado mucho, esta noche no duermo porque me ha desvelado la vida, porque el teléfono ha irrumpido en un desgarrado desencuentro y dos personas han roto la tensa cuerda que sostenía su amor por el insoportable peso de un solo malentendido. 

He cambiado mucho, hoy la brisa que me llega desde la ventana presagia vida, la noche es siempre cómplice se ha prestado para dejarme mostrar los vestigios de mi realidad y ahí es donde vivo y ahí es donde me reconozco atemporal y reflejo de la pluralidad que me envuelve, ahí es donde sonrío y le brindo mi agradecimiento a este insomnio ocasional y a la vida misma. Retomo el teclado abandonado durante tantos días y vuelvo a escribir el ritmo de la vida que me suena, porque la música de mi interior ya resuena más allá de mis muros, porque empiezo a arriesgar lo místico por un poquito de simple cercanía. 

Retomo el teclado porque el amor sigue siendo el motor de mi vida y el amor ha producido este cambio aparente, de un modo tan sutil como el goteo incesante que forma las esculturas calcáreas de las estalactitas. 

Hoy discurre la noche entre un sin fin de circunstancias ajenas y en todas veo amor, amor de todas clases, amor distorsionado, amor propio, desamor, amor desenfocado, amor errante… pero no todos los amores son súbditos del tiempo, porque existe otra clase de amor que no se subyuga, ni se empobrece al paso de los días, es un amor excelso que es siempre presente, que no se retrasa, ni se adelanta, que nunca se desborda, ni queda chico… es el amor del que ama lo que hay sin juicio, ni condición. El amor que da la mano, el que te ayuda a vestirte cuando te tiemblan las manos, el que sonríe al griterío de niños desmadrados y se divierte, el amor de madre y de padre que mira a sus hijos con confianza, el amor que le da un amigo a otro amigo y el amor que hace brotar por igual sonrisas y lágrimas. 

Lágrimas de amor que provocan cambios, que provocan orgullo y gratitud, sonrisas que perduran más allá de los recuerdos, cuando ya las apariencias han perdido su fuerza y quedan impresos en los márgenes los detalles realmente importantes. 

El cambio es el remedio para la parálisis, el elixir de la longevidad y la pauta precisa para surfear la ola del tiempo, sin que importe la ola, ni el tiempo, sólo el segundo que siempre sigue al ahora infinito. 

Si, he cambiado mucho.

1 comentario:

  1. ....la felicidad,ah...ah..ah,ah....(cancion)

    bonito de verdad.

    saludos.

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