Del sueño a la Realidad...

Sueño que me despierto, veo las nubes detrás de los árboles, me levanto y atentamente observo el rostro reflejado en el espejo... preguntándome quién es la que está durmiendo.

martes, 5 de julio de 2011

A VECES ME PAREZCO A MI MISMA

A pesar de todo me sigo sintiendo extraña, puede que me haya reconciliado con la vida y haya aprendido que es aquí, justo aquí, en el suelo que piso, donde se demarcan los hechos que determinan mi vida, intento estar siempre en modo presente, intento y muy frecuentemente lo consigo disfrutar la alegría de estar vivo y vivir el segundo, con lo que traiga. Pero a pesar de todo a veces me resulta inevitable llegar a momentos como estos, en los que mi espíritu y mi instinto me revelan con una voz cada vez más acusada que me pierdo aún  mucho más.
Mis esfuerzos se encaminan a intentar equilibrar esas fuerzas opuestas que percibo, por un lado la vida me brinda la oportunidad de ser la persona que soy sencillamente, levantarme por la mañana, agradecer la bondad de la ducha, salir a la calle vestida impecablemente, dar por bueno todo lo que ocurre y convivir en esta sociedad. Hago lo que toca,   a lo largo de las horas voy recopilando hechos básicos y clasificándolos en los archivos de la memoria con fines absolutamente prácticos… pero es bien cierto que por mucho que intento no rebasar los límites de los sentidos básicos algo más allá de ellos se me cuela por las grietas, y no puedo evitar recoger la mirada acongojada del que pasa a mi lado, no puedo dejar de percibir la decepción o  el desengaño del que viaja a mi lado en silencio, no puedo dejar de reconocerme en los ojos gastados del que se cruza conmigo en el derrotismo. Si pudiera pasar todo eso inadvertido a mi ojo, todo sería distinto, pero no ocurre así.

Cada noche medito, intento meditar a diario y no lo hago como lo hacía antes, concentrando todo el movimiento mental a la parálisis, para así, desprenderme de lo vital y alcanzar las alturas cósmicas del espíritu elevado. Ahora cuando medito, intento hacerlo de un modo absolutamente nuevo, ahora cada vez que medito simplemente respiro, respiro para encontrar el silencio y es el silencio el que me permite observar de un modo nuevo. A través del silencio llego a una luz, una luz que está justo en mi interior y que alumbra lo más profundo de mi ser. Veo lugares que desconocía y que me impedían ser consecuente con lo que en realidad desde siempre he sido.  Esa luz me guía y me proporciona la alegría para seguir descubriendo las facciones más infames de mí, las que no he querido nunca admitir, ni mirar, ni remover.  Y cuanto más ilumino todo ese maremagno de desechos que soy, más me oprime la realidad que observo en la división.
Se que estoy trabajando en las capas más inferiores y que el camino es muy largo y que me queda mucho por hacer. No sé como lo recorreré o si me quedaré eternamente vagando en círculos por los confines reticentes de la propia inercia. Voy muy despacio, masticando con interés cada circunstancia que aparece en lo diario, las luces y las sombras son partes de todo mi ser eterno. No me interesa el que, ni el cómo, me interesa únicamente lo que es. Ahora voy observando día a día mis propios valores, la manera en que el silencio y la luz que soy se manifiestan en lo cotidiano, pero aún así, de este modo tan paciente, tan sereno y tan pacifico a veces, me siento en conflicto.
Me gusta poder compartir esta contradicción, encontrar con quien debatir estos temas que se escapan a lo ordinario, eso que a veces me remite a  mis estados  anteriores y me da miedo  saber. No puedo o mejor...  quizás es que no quiero dejar de sentir, de vivir todas estas realidades circundantes, que a través de no sé qué tipo de grieta, se cuelan sin preaviso en los espejos de la realidad común.
Si digo lo que siento, la verdad, lo único que se es que a pesar de no saber absolutamente nada con certeza,  todo lo que soy me sigue empujando más y más a todo este mundo exterior donde me reflejo de una manera extraña.  Desconozco los motivos, desconozco las razones y es más... tampoco necesito saber nada.  Hace ya un tiempo que vengo prescindiendo de la mente coloquial para estos temas. La uso para lo vital, pero en estos planos la mantengo fuera, porque ella quiere imperar y mantener mi ego siempre a salvo. Yo por el contrario me he vuelto cada vez más humilde y simplemente me entrego al instante, a veces me siento derrotada, me tumbo exhausta y confundida hasta que de nuevo vuelvo a respirar, respiro hondo y todo se vuelve silencio... ya no quedan quejas, ni remordimientos, ni   culpabilidades y entonces aparece de nuevo mi luz.
Mi luz podría definirla como una alegría mayúscula que aparece muy dentro e ilumina desde el interior toda la podredumbre que a ratos me envuelve. A pesar de mis desgastados errores, la alegría viene a mostrarme de un modo que no deja lugar a dudas, que esos errores son  ella misma, que gracias a esos errores se ha conformado, que en ellos mora y en ellos surge. Es la alegría de ser, la alegría de mi alma, mi alma que  brilla en el inmenso gozo de vivir en este cuerpo que es el mío.
Tengo por delante todo el tiempo del mundo,  nadie ni nada, me obliga a avanzar en ningún tipo de términos, gracias a eso me he vuelto absolutamente pacífica, el tiempo se ha vuelto un aliado y los hechos diarios son como una especie de laboratorio donde paso la vida.

Todo es muy nuevo. Estas sensaciones son muy diferentes a todo lo que había sentido anteriormente aún en mi fase más mística. (No sé si atreverme a llamar a esto estado espiritual).  Ahora entiendo los conceptos de un modo distinto. No busco la espiritualidad en las alturas, quizás simplemente he descubierto que con la suficiente abertura mental, es el propio espíritu el que viene como un holograma de absolutamente todo a darme una consciencia mucho más amplia de la que jamás soñé.
Lo que más han cambiado han sido mis ojos, ahora son ellos los que se detienen a observar y lo observan todo desde esa alegría.  Luego, como ahora, cuando intento explicar o racionalizar lo que siento, no puedo hacerlo realidad. Lo bueno de todo, es que no tengo nada mejor que hacer, lo mejor es que tengo todo el tiempo de este mundo, lo genial es que con ello, a pesar de la propia contradicción me voy reconociendo. Me desenredo de mis mentiras y de mis hábitos. Destapo mis escudos, me libero de mis defensas.
Me siento cada vez más desnuda, pero  no por ello más indefensa. Los miedos vienen a poner de manifiesto mi inmensa humanidad, pero de un modo u otro siempre acabo por encontrar el valor para seguir.
Mi objetivo es este, este punto exacto donde una gran mirada nos enseña absolutamente todos los puntos de vista a través de todos los tiempos.
A veces me parezco a mí misma, reflejo de algo mucho más grande que yo.

2 comentarios:

  1. hoy he leido por ahi:"si lo que haces te hace,sigue haciendolo;si te deshace,no lo hagas"

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  2. Valor, verdad y entrega siento en tus palabras. Tu intimidad es la de todos. Gracias...

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