Del sueño a la Realidad...

Sueño que me despierto, veo las nubes detrás de los árboles, me levanto y atentamente observo el rostro reflejado en el espejo... preguntándome quién es la que está durmiendo.

lunes, 16 de mayo de 2011

HUMO

Hoy una sensación de inmensa presencia me acoge,  me siento a plomo desde el centro de mí ser hacia todos mis extremos. La mirada inmensa me recorre de un solo vistazo y me entretengo en observar todos los puntos de vista, tranquilamente. Tengo la inmensa sensación de ser afortunada, observo paralelamente la fortaleza y la debilidad, el apego y la libertad; siento mis inercias y mi nuevas tendencias confrontándose sin lucha.
He mirado dentro de mi corazón y he encontrado el fin de mis resistencias,  sin mirar más allá del ahora, me dejo llevar por el aroma de un susurro que me mece cariñosamente hacia el presente cálido y sostenido.  He dejado de nadar contracorriente, de decidir de antemano lo que ha de suceder, también  de responsabilizarme por lo que pueda hacer nadie respecto de mi proceder y he aplazado cualquier decisión trascendental.
Todo mi ser me pide calma, todo mi ser me llama en paz y yo lo miro desde todos los ángulos y lo hallo siempre en perfecta armonía, por eso he dejado de preocuparme por las tempestades que se rizan a nivel superficial, porque sé que son producto de mi mente, como los miedos y las mentiras y sólo con observar, soy capaz de presenciar como por sí mismo el humo se esfuma, la niebla se disipa y cae la oscuridad.  Sólo tengo que pararme a observar.  Darle tiempo al tiempo y oportunidad a la oportunidad. 
Si lo pienso, viene a galope la oscuridad y pronuncia el ego un grito de agonía que aterra al más templado de mis pilares, sin embargo, a pesar de todo, sigo permanentemente enraizada a una profunda templanza que me brinda una enorme serenidad.  A ella me acojo y en ella me abrigo. 
Es fugaz, por eso transito lábilmente sobre la estela difusa del ahora, sin agarrarme a la cuerda del relojero, porque sin tiempo, la paz se me hace profunda y desde esa profundidad todo me parece posible, hasta los milagros y las maravillas… y entonces… con los ojos abiertos de par en par observo mi vida, a lo largo del día y simplemente me brota una sonrisa, una sonrisa de amplia consciencia, de gratitud y de alegría.
Hoy me rindo al amor, tal y como viene, con absoluta entrega y profunda atención.  Porque en el amor hallo presencia, porque el amor… el amor, soy yo.

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