LA VIDA EN LAS MANOS

Vive, al ritmo de tu corazón, que nada te detenga,
que ningún miedo paralice tu energía.

Recoge el fruto, dispón a tu antojo del ahora,
no hagas nada con premeditación,
deja que surja lo natural, no juzgues,
no sometas tu ánimo a supuestos instantes que ni son,
ni tienen razón de ser.

Si quieres vivir vive,
la vida está en la palma de tus manos, ahí,
no hay que esforzarse, sólo hay que abrazarla,
la vida,  con lo que hay.

Llora si es lo que te brota, desahógate,
si sientes alegría en el corazón abre la ventana y siente la maravilla de ser,
si tienes miedo, obsérvalo,
detrás de todo miedo hay un testigo que sabe que no hay razón,
solo inercias y prototipos que anhelan sobrevivir.

Observa con toda tu atención y te darás cuenta de que la mente te usa,
te lleva atrás y adelante en un sistemático duelo por la supremacía,
no lo consientas.

Déjalo todo, reposa, busca el silencio interior.
Regresa a la inocencia, a la casa donde habita tu ser natural,
el que no teme que le mientan, ni que le roben, ni que le resten,
porque sabe que lo esencial es ineludible.

Busca, salta, siente, serénate, comparte,
sonríe y sobretodo presta atención, porque todo está sucediendo ya,
justo ahora, ahora, siempre ahora.

¿No lo ves?