Del sueño a la Realidad...

Sueño que me despierto, veo las nubes detrás de los árboles, me levanto y atentamente observo el rostro reflejado en el espejo... preguntándome quién es la que está durmiendo.

miércoles, 13 de abril de 2011

TSUNAMI EMOCIONAL

Me levanté en la tarde con los ojos nuevos, todo incluido el tiempo parecía haber tomado otra perspectiva.  De repente nada ante mi me dirige, soy exclusivamente en este punto, centro de mi ser en el que me encuentro.  Llena de consciencia. Dolorida y acongojada, pero despierta.
Me resulta curioso que sea así siempre, a través de las profundas crisis, que penetre mi mirada profundamente y me haga ver, que es este instante el único que tengo para hacer presente mi mundo interior.
Hoy ha sido un punto de inflexión, me costó mucho dar un paso, después de darlo me he sentido tan exhausta y oprimida, que me ha costado tres horas dar el siguiente, pero es que hay pasos así, que cuestan, pero hay que andarlos, para poder seguir.  Luego, tras reponerme los siguientes han sido llanos.
He tomado consciencia de la amplitud de la vida, el gran camino, el sendero que con más o menos consciencia vamos siguiendo día a día.  Ahora, de vuelta a casa y amparada en la protección nocturna del silencio, me observo  con serenidad,  me he sentado a los bordes de mi ser y desde este ángulo me observo.
Hoy, la visión produce escalofríos, hay un paisaje arrasado, mi vista sólo alcanza a ver ruinas, caos y desorden. Este montón de escombros soy yo.  Pero no me siento vencida, solo miro  a consciencia con una mirada que abarca todos los tiempos y todos los puntos de vista. Es este mi lugar, el ahora, el punto de partida, todo lo que he sido, lo que soy y lo que puedo llegar a ser. No me siento vencida, ni tampoco fracasada, he sobrevivido, es obvio, y todo el trabajo previo me permite estar aquí sentada cobrando consciencia del momento y renovando el espíritu con un aliento nuevo. 
Mi fe no se ha diluido, siempre sale ilesa y fortalecida de las grandes catástrofes de mi vida. Ahora es el momento de empezar a obrar, hay que clasificar, tirar, reconstruir, crear, componer, desfragmentar. Tengo que escanear en una mirada absoluta y resolutiva el mapa de los pedazos esparcidos de mi alma rota y recomponerla.
Hay mucho trabajo por hacer y ninguna prisa. Esta vez no hay más tiempo que el que me quede, instante a instante, parte a parte, paso a paso.   Porque  sé que  ahí, a lo amplio de mi horizonte devastado, está el milagro, la magnitud de mi ser al infinito, capaz de ser lo que quiera ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario