Por verte reverdecer
aunque sólo fuera un invierno a destiempo,
por ese flechazo que cruzamos
por ese flechazo que cruzamos
de miradas que se entienden sin que intermedie nada.
Por haber aprendido que todo tiene el que todo da,
aún no teniendo nada y perdiendo siempre.
Por que tus letras inspiran aún en la más dilatada de las ausencias
a mis letras a encontrarse incluso en los desencuentros contigo.
Porque tu ojo llevo clavado en mi ojo
y tu palabra me dice lo que nunca supe callar.
Por cruzarte conmigo aún sin permiso,
por encontrarle un sentido a todo más allá de lo razonable.
Por ir y por volver, por estar sin ser,
por lo que dejaste y por lo que queda.
Por todo y por nada, por eso,
por eso son estas letras que absurdamente escribo
para que te acompañen de lejos.
Porque sé que las gastas y las empleas en abrigos,
en tiempos de calores raídos,
porque sé que la vida te empuja rabiosamente
a otros lugares fuera de mis encierros,
porque eres libre y libre te quiero
cuando vas y cuando vienes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario